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Las ocurrencias del duendecillo

Playa I

Una brisa fresca llega del mar y nos trae ese imposible olor salado. La arena húmeda, la exuberancia de verdes bosques y prados juntándose con la sobriedad de la playa vacía. Luego caminamos por la línea imprecisa que nos separa del agua, no hay conchas, no hay baño hoy. Caen las primeras gotas que sentimos templaditas, nos tenemos que marchar bajo la mirada de las gaviotas que al fin se quedarán con toda la playa para ellas. Una cuestecita rodeados de huertos y llegamos secos a nuestro refugio sobre ruedas.


050703llanes 039

2 comentarios

juyma -

Se estaba muy bien, y eso que estaba desierta por el frio y el aire.

ojos claros -

¡con lo bien que se está en una playa desierte!