Nochevieja
Pasamos la Nochevieja en mi pueblo, un rinconcito al sur de Salamanca rayano a Portugal. Después de la cena el duendecillo andaba jugando con una campanilla y se la dejo en el plato a su tío. Este le dice que en un despiste se la ha tragado y otro tío suyo, tengo tres hermanos, la esconde. El, que es bastante incrédulo, le mira escéptico pero como prueba le toca la barriga y, claro, suena. A partir de ese momento nos estuvimos desternillando durante un buen rato en el que de vez en cuando volvía a cerciorarse de que la campana seguía dentro. Según le tocaba la panza a mi hermano el nos miraba a todos los demás porque algo se olía e incluso llego a acercarse por sorpresa. Cuando por fin su tío "vomitó" la campana quedo totalmente convencido. Qué será más importante: las pruebas o querer creerse algo.
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