La mula - Juan Eslava Galán
El cabo Castro pasa la guerra preocupado de sus pequeños temas domésticos. Es un "Sancho Panza" pero sin ínsula, aunque la vida le de píe a soñar con grandezas permanece con los píes en el suelo. No se puede decir que no tenga ideología, ¡se toma el riesgo de cambiarse de bando!, pero es una ideología hecha a medida de su pequeño mundo, es el "virgencita que me quede como estoy". Ese pasar con pequeñas cosas resiste durante la guerra el cúmulo de acontecimientos extraordinarios que se suceden. Al final, en esa puerta que todo buen libro deja abierta, queda algún resquicio en la sólida posición de optimismo de mínimos cotidianos del protagonista.
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