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Las ocurrencias del duendecillo

Hinchar un globo

 

Ha sido la última gran alegría del duendecillo.

- Soplé... ¡y se hincho! -

Antes soplaba y no se hinchaba.

No se si sabe darse en los columpios (no lo intenta), y los silbidos empiezan a oírse, pero muy, muy bajito.

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