Soñando a Alicia.
Con el duendecillo en el Teatro Calderón, en un palco para no molestar (el duendecillo tiene que pedir cada poco
aclaraciones al argumento).
Aunque demasiado surrealista para el, si que le gustó. Alicia se soñaba a si misma y soñaba que soñaba que se soñaba... Creo que le hubiese gustado más si los pasos de danza fuesen
más espectaculares. Una escena en que daban grandes saltos agarrados
a un mástil que se bamboleaba le entusiasmó.
El no tenía referencias de la obra pero oí como algunos niños salían
disgustados porque no habían aparecido los soldados con cuerpo
de naipe.
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