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Las ocurrencias del duendecillo

La Línea

 

En el colegio del año pasado había una línea en el suelo del patio, ahí dejabas a tu hijo, ahí lo recogías. Pero en esa línea no pretendían que dejaras solo al niño sino también cualquier intento de influencia o de colaboración. Al mismo tiempo no podías esperar tener ningún control sobre lo que pasaba al otro lado, no podías pedir explicaciones ni recibir ideas o sugerencias.

 

Este año el duendecillo también empezó con problemas para relacionarse y para entrar  en la dinámica del aula. En todo momento se nos ha informado y consultado, además se han aceptado nuestras sugerencias. Van a solicitar un profesor de apoyo para que le ayude a integrase y sino lo conceden nos han planteado la posibilidad de que en momentos puntuales vayamos uno de nosotros al aula. Con esta maestra ha desparecido esa línea que nunca debería existir.

 

Al duendecillo le gusta más este año y su maestra le tiene encandilado. Pero no podemos esperar milagros, el lunes nos llamaron por teléfono para contarnos que su maestra estaba enferma y que si queríamos que no lo llevásemos (con las demás, por ahora, no se porta bien) se llevó una alegría por quedarse en casa. Hoy tuvo que irse a casa de los abuelos porque su Mamá tenía que trabajar y le preguntaba que si el suyo no estaba enfermo, -¿mi qué?- le pregunta ella –tu jefe-

2 comentarios

juyma -

Todos abriendo las ventanas a ver si hacemos corriente y trucos por el estilo...

ojos claros -

dedebería ser así, que cada vez que el jefe se pone malo no hay trabajo ¡ya me encargaría yo de que el mí no levantara cabeza!